sábado, 15 de febrero de 2014

DESDE LA VERDURA SUR AUSTRAL ACRACIA Nº27

 ACRACIA Nº27, 15 DE FEBRERO:
En el presente numero encontraran ademas remozado diseño;
-Sobre la jornada libertaria en niebla.
-XXV Congreso de la AIT.
-Breve biografia sobre fermin salvochea.
-No a las represas en pilmaiquén.
-Entre la mar, los negocios y el salvarse solo.
-Primero la libertad.
-Gonzalo Drago y las luchas sindicales; la evolucion del funcionario.
-La politica y el bajo perfil.
-Guaikaypuro; el hombre que frenó al ejercito español.
-Recomendacion de libro; la fuga de Kropotkin.

lunes, 20 de enero de 2014

JORNADA EN EL BOSQUE: MIERCOLES 29 PARQUE VERGARA DAVILA DE NIEBLA A PARTIR DEL MEDIO DIA.


JORNADA LIBERTARIA EN EL BOSQUE

Este Miercoles 29 a partir del medio se realizara una jornada libertaria en el parque vergara davila de niebla, donde habra entre otras cosas ferias libertarias (puedes traer la tuya) y comidas vegetarianas (trae plato y servicios).
La actividad sera en memoria de Juan 2do Montoya, anarconaturista residente en Osorno, para ello se ha dispuesto de una series de conversaciones que llevan por titulo ¿Hay naturaleza en el estado? Historia de una tragedia:

- El estado una expresion de la servidumbre.
- Diversidad anarquica austral.
- Tierra, territorio y propiedad en el pueblo mapuche.
- Mujer, maternidad y anarcofeminismo.
- La carcel valdiviana y su presente estado.
 

                                                       <actividad libre de alcohol>

sábado, 18 de enero de 2014

Periodico Acracia Nº26

Desde la verdura sur austral sale por toda la region acracia, en el presente numero encontraran: 
 - La importancia de la cooperacion en lo social. 
 - Entorno a la modernizacion de la ciudad de valdivia o la neoliberalizacion de la urbe.
 - El levantamiento de 1598; la navidad roja y la mayor victoria del pueblo mapuche.
 - A pleno aire: actividades en puerto montt, osorno (rahue alto), valdivia (niebla) y metri. 
 - Apuntes para una revision historica de la carcel en valdivia. 
 - La prosa libertaria; el origen del rimac.

miércoles, 8 de enero de 2014

Todo ser humano, por miserable que sea su condición, tiene una esperanza, pequeña o grande, noble o innoble, inalcanzable o próxima, pero esperanza al fin. Una parte de su ser vive en y de esa esperanza, se alimenta de ella y en ella. Hay días en que esa esperanza amanece reducida al mínimo, misérrima, espantosamente misérrima. Sus posibilidades de realizarse se han alejado o destruido y el ser humano piensa y siente que más valdría que esa esperanza muriese y con ella aquella parte de su ser que vive de ella y en ella, que se alimenta en ella y de ella y que en esos momentos ni se alimenta ni vive, pues está miserable, tan miserable como la esperanza misma. Pero el hombre tiene, además, otra esperanza: la de que han de venir días mejores para la suya. La deja, entonces, así, pequeña, entumecida, raquítica, y espera; rechazarla sería rechazarse a sí mismo, matarla equivaldría matar lo que él más estima en sí mismo. Hay veces en que el ser humano espera vanamente: su esperanza muere en él, tan marchita como él. Otras veces, en cambio, en aquella raíz casi podrida hay un rebrote, un rebrote que puede morir al poco tiempo o que puede traer otros y otros, fuertes y erguidos, apretados de savia, casi agresivos de vitalidad. El ser humano se siente entonces como debe sentirse un rosal en septiembre: pleno, próximo a estallar, incapaz de resistir la ola de vida que asciende y circula por sus venas. La esperanza está próxima a convertirse en realidad. Se ha esperado mucho tiempo, han transcurrido muchos días, terribles y amargos días, días de silencio, días en que se prefería no recordar que se tenía una esperanza, días de rencor contra aquello que impedía su desarrollo, días de desprecio para lo que pudiendo vigorizarla, no la vigorizaba. Días de desprecio, en fin, para sí mismo. ¿Cómo se pudo poner una esperanza en manos tan inhábiles, entregarla a dedos tan torpes, a fuerzas tan inútiles? Todo aquello, sin embargo, no fue en vano: aquí está la esperanza, rebrotando con una fuerza que produce miedo, con una fuerza que está casi más allá de nuestra capacidad de soportarla. Es triste, claro está, muy triste que una esperanza se nutra de hombres muertos, de ciudades rendidas o destrozadas, de incendios, de sangre y de exterminio, pero no siempre le es dado al hombre elegir la materia con que se nutrirá su esperanza.

Babel. Revista de Arte y Crítica. Santiago de Chile, Año IX, Vol. XI, N° 46, Julio – Agosto, 1948, pp. 201 – 202.