domingo, 20 de mayo de 2012

Huelga en la enseñanza: Acción directa como practica de lucha y transformación


El capitalismo post-industrial ha asumido definitivamente que mantener una cobertura pública en materia de sanidad y educación ya no le reporta ningún beneficio. La sociedad del bienestar y sus distintos engranajes de integración-gestión de la disidencia (por ejemplo, el modelo sindical subvencionado y electoralista) ha acabado con la fuerza de la clase trabajadora organizada; ya ha cumplido con su  tarea: anular su capacidad de lucha. Ahora las miras están puestas en la explotación mercantil de los servicios públicos, pretendiendo que estos solo sean meros servicios asistencialistas para las capas más bajas de la sociedad.
Hemos asistido en los últimos tiempos a importantes recortes en educación. El Gobierno de la Comunidad de Madrid, cerró escuelas infantiles públicas, favoreció descaradamente centros concertados y despidió a varios miles de docentes, así como dejar completamente “fuera de juego” a miles de interinos. Todo esto, obtuvo como respuesta un movimiento asambleario que pretendía plantar cara de manera más o menos contundente. Varias jornadas de huelga que, sin embargo, carecieron de una verdadera voluntad de enfrentamiento y continuidad. Gran papel jugaron los grandes sindicatos, CCOO y UGT con todo un ejército de liberados manipulando y bloqueando el normal funcionamiento de las asambleas de centro y de zona, cuando no saltándose directamente los acuerdos o deslegitimizando a las asambleas cuando estas decidían algo contrario a sus designios. Los Sindicatos pequeños, pero con misma estructura sindical vertical y delegacionista, no hicieron sino comportase de la misma manera que sus hermanos mayores, pero intentando rascar algo del pastel para obtener rédito electoral en vista de las siguientes elecciones sindicales.
Curioso resulta cuanto menos, comprobar el comportamiento de estas centrales sindicales en las distintas huelgas de la enseñanza (y en cualquier otra a lo largo de los últimos años) y que ahora vuelvan a llamar a la huelga, sin proceso asambleario ni nada que se le parezca. Las cúpulas deciden, los trabajadores acatan.
Y si el papel de estos en las enseñanzas medias y primarias ha sido, eufemísticamente hablando, vergonzoso, en la universitaria nos encontramos con un panorama igual de patético. Por un lado, nos encontramos con los distintos recortes que conllevan como consecuencia el empeoramiento de las condiciones laborales del personal laboral docente y no-docente, el despido de profesores, la reducción de espacios de estudio (salvo para empresas y bancos, claro) o la reciente subida de tasas. Y se nos dice, que la culpa es del malvado Gobiero de Rajoy y su subordinada Aguirre en la Comunidad de Madrid. Nuevo acto de cinismo por parte de las “izquierdas”, ya sean “sindicatos” como UGT o CCOO o los mismos dirigentes (patrones) de las universidades públicas.
Mientras cargan sus tintas contra el Gobierno Central y Autonómico, son ellos, los propios rectores y demás estructuras de poder de la Universidad los que se encargan de hacer sus propios recortes, dejando trabajadores en la calle y aplicando empeoramientos de las condiciones de trabajadores de las universidades. Pongamos como ejemplo a un Rector como el de la Complutense, Carrillo, “apadrinado” por CCOO mantiene en situación irregular a centenares de trabajadores becarios, realizando funciones y tareas propias del personal funcionario, cobrando un mísero salario que no llega a los 500 euros y negándoles el alta en la seguridad social, así como el derecho a huelga.
Para los trabajadores y estudiantes de nuestro Sindicato la respuesta a los recortes debería ser clara y contundente: una huelga con carácter indefinido hasta tumbar TODOS los recortes de los últimos años. Por supuesto, toda acción de respuesta ante estos ataques debe partir de los propios trabajadores y estudiantes en su conjunto desde las asambleas en los centros de trabajo, eliminando cualquier rastro de corporativismo de nuestras luchas.
Sin embargo, tampoco queremos llegar a nadie a engaños. Nuestra lucha contra los recortes no es más que una defensa de los intereses inmediatos de la clase trabajadora, que puede ver como servicios tan básicos como la educación o la sanidad son completamente mercantilizados. Ahora bien,  no pretendemos en ningún momento reforzar el sistema de enseñanza estatal (o privado), puesto supondría legitimar sus valores (egoísmo, competitividad, rutina, autoridad) y sus funciones (adoctrinar a los estudiantes, preparar a futuros trabajadores explotados, sumisos y cualificados para las demandas del mercado).
El ciudadanismo y el izquierdismo siguen soñando con la utopía de un Estado bueno, que ofrezca servicios dignos y de calidad a los trabajadores. ¿No se han dado cuenta ya de qué el Estado es un instrumento del Capital y que como tal, no puede escaparse a su lógica y a sus designios? Reforzar al Estado, es reforzar el aparato represivo, generador de ideología afín al sistema y nido de parásitos de la clase dominante.
Nuestra lucha va más allá. Luchamos por servicios públicos gestionados por y para el pueblo, donde los mismos trabajadores y usuarios desplacen toda lógica mercantil, capitalista y autoritaria de la educación y la sanidad. Por esto luchamos y así pretendemos que sean las luchas contra los agresiones que los trabajadores y estudiantes sufrimos. Los propios implicados, sin delegar en políticos, liberados, jueces debemos plantar cara. Eso es acción directa. La lucha empieza ahora y queda mucho por hacer.

ESCRITO POR LA CNT ENSEÑANZA. 
Extraido del portal OACA